La equinácea es una planta que ha ganado mucha popularidad pero, ¿para qué sirve la equinácea exactamente? Muchas personas la utilizan como complemento durante el invierno, con la esperanza de prevenir o acortar la duración de los resfriados. Pero, más allá de su fama como «remedio para el catarro», la equinácea tiene un conjunto de propiedades interesantes que vale la pena conocer.
Originaria de América del Norte, la equinácea era utilizada desde hace siglos por las comunidades indígenas para tratar diversas dolencias. Hoy en día, se encuentra fácilmente en farmacias y herbolarios en forma de cápsulas, jarabes, gotas, infusiones y comprimidos. Aunque no reemplaza un tratamiento médico cuando hay una infección en curso, sí puede ser un buen complemento para fortalecer las defensas y ayudar al cuerpo a recuperarse más rápido.
Dicho esto, la pregunta «¿para qué sirve la equinácea?» tiene varias respuestas. No es una solución mágica, pero sí una planta con propiedades activas que, bien utilizadas, pueden beneficiar la salud de forma natural.
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Propiedades de la equinácea
Las propiedades más destacadas de la equinácea están relacionadas con su capacidad para estimular el sistema inmunológico. Esto significa que puede ayudar al cuerpo a defenderse mejor frente a virus, bacterias y otros agentes externos que nos hacen enfermar. En muchos casos, se toma al inicio de los síntomas del resfriado para intentar reducir su duración o intensidad. Algunas personas también la usan como medida preventiva durante el invierno o cuando sienten que están más propensas a enfermar. Por ejemplo, en épocas de mucho estrés o cansancio físico.
Además de su efecto inmunomodulador, la equinácea tiene propiedades antiinflamatorias, antivirales y antioxidantes. De hecho, no es útil solamente frente a infecciones respiratorias leves, sino también para aliviar ciertas molestias como dolor de garganta, congestión o inflamación de las vías respiratorias altas. También se utiliza para ayudar a la cicatrización de heridas o para tratar pequeñas infecciones de la piel, aunque este uso es menos conocido.
Algunos estudios sugieren que, tomada de forma regular y en dosis adecuadas, la equinácea puede reducir ligeramente la frecuencia con la que una persona se resfría. Sin embargo, como suele ocurrir con los productos naturales, los resultados pueden variar según la persona, la dosis, el tipo de extracto usado y el momento en que se toma.
¿La equinácea sube la tensión?
Una de las dudas más frecuentes es si la equinácea puede afectar a la presión arterial. En principio, no se considera una planta que eleve la tensión y no suele haber contraindicaciones en personas con hipertensión leve o controlada. Sin embargo, como con cualquier suplemento natural, siempre conviene consultar con un médico antes de empezar a tomarla, especialmente si ya se está siguiendo algún tratamiento para la presión o se padecen otras condiciones cardiovasculares.La mayoría de los efectos adversos de la equinácea son leves y poco frecuentes. Algunas personas pueden experimentar molestias digestivas, erupciones cutáneas o reacciones alérgicas, sobre todo si son alérgicas a otras plantas de la familia de las margaritas, como la ambrosía o la caléndula. También se recomienda tener precaución en personas con enfermedades autoinmunes o en tratamientos inmunosupresores, ya que la equinácea estimula precisamente la actividad del sistema inmune.
¿Qué es mejor: el propóleo o la equinácea?
La realidad es que no hay una respuesta correcta, ya que ambos productos tienen propiedades diferentes y pueden complementarse bien.
El propóleo es una sustancia resinosa que las abejas recolectan de los árboles y utilizan para proteger sus colmenas. Tiene propiedades antimicrobianas, antifúngicas y cicatrizantes, y es especialmente eficaz para calmar la garganta irritada, desinfectar heridas pequeñas o prevenir infecciones bucales. Se suele usar mucho en forma de sprays o comprimidos, especialmente cuando hay dolor o inflamación en la zona de la garganta.
La equinácea, por su parte, actúa más a nivel general del sistema inmune. En lugar de atacar directamente al virus o a la bacteria, lo que hace es reforzar las defensas del cuerpo para que pueda combatir la infección de forma más eficaz. Por eso, muchas personas utilizan el propóleo para aliviar síntomas localizados, como una garganta inflamada, y la equinácea para prevenir resfriados o ayudar a recuperarse más rápido.
En realidad, no se trata de elegir uno u otro, sino de entender qué función tiene cada uno. Incluso hay productos que combinan la equinácea y el propóleo, pensados especialmente para reforzar el sistema inmune en invierno o ante los primeros síntomas de malestar. Como siempre, lo ideal es usarlos con moderación y consultar con un profesional de salud, especialmente en niños, embarazadas o personas con enfermedades crónicas.
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